Martes 2 de agosto, 2011
| Provisiones mías y de D. (oh si) |
La Caja Bruja es, una pequeña (véase la foto adjunta) provisión de dulces y comida que no tendrás en campo, para, cuando tengas un antojo, accedas a ella y listo: Felicidad en forma de golosina.
Para mi viaje a Pucallpa, sólo llevé caramelos de limón, que se me acabaron mucho antes de terminar el muestreo. Luego de eso moría por un dulce y no pude tener nada hasta el último punto de muestreo, que nos hicieron llegar un par de galletas dulces.
Esta vez, en cambio, pensé en llevar más cosas para no sufrirla como en Pucallpa. Sobre todo buenos chocolates, para el frío y para tener buena una inyección de felicidad.
Muchas veces, un solo pedacito de chocolate hace la diferencia del día. Quizás el día no fue muy bueno, pero el chocolate, derritiéndose en tu boca, te hace sonreir…por lo menos un rato.
Lo que si, tengo que dosificar bien mi caja bruja, para que me alcance hasta el final y los últimos días no esté arañando. Así que ¡a controlar mis ganas de comerme todos los chocolates!
No hay comentarios:
Publicar un comentario